El éxito de las empresas depende en gran medida del éxito de sus proyectos.

El Director o Jefe de proyecto, responsable directo de un proyecto, es uno de los roles más complejos y retadores existentes en muchas organizaciones. El arte y la ciencia en la dirección y gestión de proyectos, así como sus competencia y habilidades profesionales, determina en la mayoría de las ocasiones el rumbo hacia el éxito que tomarán los proyectos.

Muchas de sus decisiones, de sus comportamientos y de sus estados emocionales tienen un impacto directo, positivo o negativo, en el devenir de los proyectos.

Este perfil, de Director o Jefe de Proyecto, influye de forma significativa en la cuenta de resultados de muchas organizaciones. Tanto resultados económicos como resultados de imagen (reputación en el mercado) y resultados emocionales (relación con el equipo y personas de la propia organización.

Por lo tanto, es un perfil muy valioso en las organizaciones por lo que puede aportar…pero a la vez es un perfil que se debería cuidar y ayudar a crecer y realizarse para que pueda brillar en todo su potencial.

Directores y Jefes de Proyectos: El Gran Jinete Solitario, a veces, demasiado solitario…

Muchos Directores y Jefes de Proyecto conviven en numerosas ocasiones con la sensación de estar “Solo ante el peligro” mientras intentan cabalgar y domar a brioso corcel llamado proyecto y luchar con los ejércitos de problemas que les viene encima.

La organización, normalmente (en base a mi experiencia) ve a este profesional o le asigna el talento de “Puede con Todo”, ya sea porque ha demostrado unos conocimientos, actitud y capacidades “inconmensurables» en alguna experiencia anterior que le hacen apto para ese seudónimo y esa labor o ya sea porque ha dado indicios de la potencialidad de disponer de todos esos recursos.

No obstante, ese “Puede con Todo”, también es una persona, sujeta a limitaciones y a ciclos emocionales, y que por tanto también puede requerir de atención y soporte.

El Director/Jefe de Proyecto puede encontrarse en situaciones de “debilidad” temporal, totalmente normales y previsibles, ya sea desde el punto de vista profesional o personal. Dichas situaciones de debilidad o “bajón”, más o menos frecuentes en su desempeño, pueden provocar una disminución en su eficiencia y eficacia, pudiendo afectar en ocasiones de forma considerable en la ejecución del proyecto con la consecuente repercusión en los objetivos y la calidad (tiempo, dinero), e incluso derivar en situaciones de crisis que pongan en riesgo el propio éxito del proyecto.

O simplemente, el Director/Jefe de proyecto necesite contrastar su visión de la situación u obtener perspectivas diferentes, obtener soluciones por si mismo pero a través de otros que le hagan de espejo, libremente, sin miedo a juicios,… Otras, necesitará obtener aire fresco,…o tiempo extra,…

Ese “Puede con Todo” necesita disponer de un espacio propio para “afilar su hacha”, pararse a revisar y tomar conciencia de la situación, preparar estrategias, renovar su enfoque, tomar impulso,…pero su día a día, en muchas ocasiones, no se lo permite, o simplemente no tiene conciencia de ello porque está demasiado solo…

Dicho fenómeno se incrementa de forma considerable cuando nuestros Directores o Jefes de Proyecto son noveles o poco experimentados.

Y esa sensación de soledad generalmente no es generada de forma consciente por la dirección de la empresa; la organización normalmente deposita toda su confianza y esperanza sobre estas personas…pero sin embargo, la realidad del día a día y las diferentes circunstancias que se producen en el devenir de la organización, conduce a una situación en la que el Director/Jefe de Proyecto no tiene acceso, en muchas ocasiones, al soporte que necesita. A veces simplemente para tomar conciencia de situaciones o para recibir un “chute” de ánimo y energía que le permita continuar.

Evidentemente, en los momentos de grandes crisis en el proyecto, siempre está la Dirección General para dar su apoyo y visión, pero estamos hablando de situaciones de necesidad de soporte más “ligeras”, que se dan a menudo de forma más continuada o de forma puntual que acumuladas en el tiempo pueden ser muy trascendentes, y en ocasiones, quizás demasiado trascendentes…

La convivencia con esta sensación de soledad que debe soportar el Director/Jefe de Proyecto es una de las problemáticas más importantes de este rol en la actualidad, la cual se debe sumar a las problemáticas intrínsecas, ya de por si complejas, de cada proyecto.

Por lo tanto se genera la paradoja que el Director/Jefe de Proyecto, una de las piezas más importantes de la empresa y cuya labor principal debe centrarse en “cuidar” y “atender” numerosos aspectos del proyecto (equipo, clientes, proveedores, recursos,…) es a menudo uno de los profesionales menos “cuidados” y “atendidos” del propio proyecto.

PROGRAMA EMPOWERED MANAGEMENT

Empowered Managment ™ es un programa exclusivo orientado a Directores y Jefes de Proyecto que tiene como objetivo ofrecerles acompañamiento y soporte durante la vida del proyecto, para superar las posibles fases de debilidad, potenciar las fases de fortaleza y mantener la energía del profesional y persona fomentando el entusiasmo y el foco en la esencia del proyecto.

El programa Empowered Management (tm) genera como resultado de su aplicación, un profesional y una persona más empoderada que le llevará a realizar una gestión más brillante de sus proyectos y la consecuente mejora de rendimiento y aumento de la probabilidad de éxito de los proyectos.

El programa Empowered Management (tm) está diseñado en base a:

– la utilización de un proceso de coaching ejecutivo (y personal) , que facilitará a la persona profesional la propia toma de conciencia de las diferentes situaciones y de los recursos que dispone y/o necesita, la adopción segura de decisiones efectivas y la confianza de tomar acciones centradas en el foco de los objetivos esenciales del proyecto.

– la experimentación de actividades y dinámicas vivenciales basadas en la simulación de situaciones que permitirán al profesional experimentar el “Como Sí” y disponer de esta forma de otras perspectivas que puedan ser de gran utilidad para obtener soluciones nuevas así como la posible eliminación de barreras ficticias que puedan ser trascendentes para la gestión del proyecto.

– el uso de técnicas de empoderamiento y gestión de estados emocionales para mantener el adecuado estado energético del profesional para superar con soltura aquellas situaciones que lo requieran, focalizándonos en el mantenimiento del entusiasmo, estado que facilita el fluir.

– el asesoramiento y facilitación, en aquellas ocasiones que el profesional u organización lo requiera, a la búsqueda de buenas prácticas, herramientas y metodologías que sirvan de ayuda para aumentar el rendimiento en la gestión del proyecto o las propias competencias del profesional.

A %d blogueros les gusta esto: