No solo la voluntad es importante: también lo es la disciplina y la autodisciplina.

Es casi el primer paso. Empezar por ser capaz de disciplinar los pensamientos, para poder pasar a disciplinar las acciones. Generar la cadencia de la VIDA que deseas. Y si vienen los pensamientos saboteadores y si viene la pereza de la inacción, ser capaz de darte cuenta y perdonarte con la mayor de las compasiones para poder reiniciar con más fuerza tu camino.

Pon la intención de disciplinarte. Es básico. Pon voluntad de detectar esos pensamientos dañinos que pueden invadir y seguro están al acecho. Fíjate un tiempo de respirar, de meditar, de caminar… cada día. Dedícate ese tiempo.

Ejercita la disciplina y voluntad como si de un músculo se tratase y verás cómo consigues elasticidad, cómo fluyen las ideas, cómo aumenta la claridad. Sé constante y no te abandones.

Lo mismo con las pequeñas acciones que decidas para tu bien.

Que haya compromiso. Date a ti mismo la palabra de querer avanzar. Y hazlo.

Disciplina en pensamiento, en acción, en VIDA. Una disciplina del compromiso con uno mismo, queriéndote, no como un yugo, aunque no te sea fácil al principio.

Decide tus momentos del YO. Decide tus momentos del Yo Corporal.Con acciones pequeñas.

Decide tus momentos del YO que avanza valiente con aquellos temas que te dan más miedo.

Haz tu lista de acciones, de ejercicios, de meditaciones, y sobre todo de TU RISA, para que puedas ir desarrollando cada día y verás cómo te sentirás mejor y cómo fluirás más.

También decide tu momento del YO compañero. Haz tu lista de personas con las que te sientes tienes que compartir tu dedicación y tiempo. Hacerles el regalo de tu dedicación e iniciar también disciplinadamente tu acción para con ellas. No te imaginas cuánto vas a recibir… sentir recompensado.

Elige disciplinarte.

LA DISCIPLINA NO ESTÁ REÑIDA CON LA LIBERTAD

La disciplina no está reñida con la libertad del SER, más bien al contrario, gracias a la aplicación de la disciplina en la propia pauta vital, somos capaces de cumplir con el libre albedrío, somos capaces de elegir, es aquella herramienta a nuestro alcance que nos permite forjar nuestro futuro, nuestro sino, en consonancia con nuestra voluntad y misión vital.

La disciplina por tanto no se sufre sino que te llena de energía y fuerza el camino; es más bien una hacedora de recompensas, una varita mágica que te abre paso al fluir, al resonar con el entorno y el devenir que te permite avanzar con orgullo, satisfacción por el transitar de la VIDA que ahora disfrutas.

La disciplina es constancia, no va contranatura. Ello no significa que aunque te acaba haciendo fluir no implique superación esfuerzo, y la voluntad de decisión, que es una prueba.

Pero la Naturaleza es un ejemplo a tu alcance de constancia, ciclicidad y disciplina. Sabe cual es el camino a seguir y lo sigue. La disciplina es ritmo.

Cuando aplicas una buena disciplina en tu Ser y hacer, encuentras esa satisfacción y consonancia con el vivir, precisamente te aporta certeza de estar en buen camino, y por tanto colabora con satisfacer la alegría de vivir.

Los pasos son simples. OBSÉRVATE y SIENTE, DECIDE y SALTA! (actuar sobre la decisión) y repite, hasta que el engranaje resulte tan fácil y fluido que casi no notes que tienes pasos a seguir .

Siempre valórate!! Por estar ahí, viviendo!! puede que a veces flaquees, pero no importa. Retorna, redirige, sé libre de escoger tu camino y de pausarte y rectificar.

La mala disciplina es aquella impuesta, que no nace de nosotros, es adquirida y te hace sufrir y no al contrario. A veces es más fácil porque ya viene dada y no tenemos que escoger, sino subirnos a caballo de “lo que hay”. Eso no es amor por uno mismo, no es elección, te anula…

La principal diferencia entre disciplina y hábito es que el hábito es algo que te han puesto, que ni te planteas siquiera de donde ha surgido, que está ahí y a veces nos aturde y nos maneja; es un disfraz que nos va vistiendo desde que nacemos, desde que respiramos.

El hábito no tiene un fin precioso para ti, la disciplina sí. Imposición versus libertad.

Disciplina versus fluir, como ya he mencionado no están contrapuestos, uno habla del otro. Decidiendo fluir aplicas tus pasos, tu camino tu esfuerzo, tu sentir… En la disciplina mismo acaban teniendo tu fluir.

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